
El pueblo de Egipto se mantiene movilizado contra el Gobierno de Hosni Mubarak, al que le reclaman renunciar al cargo.
Miles de egipcios se manifiestan contra el régimen frente a la sede del Parlamento y reclaman el abandono y enjuiciamiento del presidente del país. Procedentes de todos los puntos de El Cairo, acuden los egipcios a manifestarse a la plaza Tahrir, conocida como la plaza de la Liberación, considerada el epicentro de las protestas.
Es difícil decir si se está llevando a cabo el proceso a la transición de la mejor manera, pero ya no hay vuelta atrás y el caos ha comenzado. Desde que empezaron las revueltas el pasado 25 de enero, la cifra total de fallecidos asciende a más de 300.
Las múltiples protestas han hecho que el vicepresidente, Omar Suleimán, afirme que el país no está preparado para la democracia. Y el régimen parece que no está dispuesto a dar su brazo a torcer, algo que enfurece, más aún, a los egipcios.
Mubarak afirmó que para evitar el caos no abandonará su puesto, pero a estas alturas de la batalla parece que provoca más caos su permanencía de lo que lo haría su marcha.
Mubarak afirmó que para evitar el caos no abandonará su puesto, pero a estas alturas de la batalla parece que provoca más caos su permanencía de lo que lo haría su marcha.
Mohamed el Baradei se posiciona como principal representante de la oposición, actualmente lleva las riendas de los Hermanos Musulmanes, y pretende lograr el apoyo de otros grupos opositores, en especial los juveniles.
No se sabe cuál será el resultado de las protestas, el tiempo lo dirá.
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