Los medios de comunicación son un elemento en constante evolución, sus cambios están ligados a las modificaciones sociales. El objetivo principal de estos debería ser informar objetivamente sobre aquellos acontecimientos que se consideren noticiosos, pero en los últimos años parece que no es así. La frivolidad y el sensacionalismo, con el que se tratan las informaciones, es cuanto menos preocupante. Cada vez son más las noticias “huecas” con las que nos invaden los medios de comunicación, el conflicto viene cuando esas noticias se nutren de desgracias ajenas.
La violencia de género es un tema muy recurrido por los informadores, pero mientras el número de víctimas sigue aumentando, los medios de comunicación parecen perdidos en una red sensacionalista donde, más que en el análisis y la información de este asunto, parecen centrarse en el simple morbo y en la crónica amarilla.
La prensa está mostrando su faz más carroñera en estos últimos años, ofrecen como gancho la sangre, las lágrimas, el dolor de otros. Así lo muestra el tratamiento del desastre sufrido en Japón –un terremoto de 9 grados en la escala de Richter-, desde Occidente ponemos el “Mundo patas arriba”, mientras el pueblo nipón no se auto-martiriza con una histeria informativa que no haría otra cosa que agravar la terrible situación que ya de por sí les ha tocado sufrir.
Debería ponerse fin a la venta y consumo de informaciones que impliquen sufrimiento, pero no, esto no interesa, las audiencias mandan y los medios se han dado cuenta de que el público demanda desgracias ajenas para olvidar las propias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario